El origen de Las Pedroñeras se remonta 600 años atrás, aproximadamente.

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Una villa que perteneció al Marquesado de Villena y posteriormente pasó a formar parte de la Corona de Castilla, fue fundada sobre un terreno pedregoso; de ahí el origen de su nombre.

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Encontramos los primeros manifiestos como villa hacia 1445, manifiestos que hablaban de una pequeña aldea de unas 150 personas. 

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Tras la Guerra de Sucesión, los Reyes Católicos otorgaron a la villa la Jurisdicción Real (derecho a gobierno propio) y otros diferentes privilegios que vinieron ratificados posteriormente. 

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En el Siglo XV se produce un éxodo migratorio llevado a cabo por varias aldeas cercanas en busca de agua, abandonando poco a poco términos como El Robledillo o Záncara de Los Moros, quedando estos despoblados y experimentando Las Pedroñeras un notables crecimiento demográfico.

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Para el Siglo XVI y con el reinado de los Austrias la villa ya contaba con casi 1000 habitantes.

Estos siglos fueron importantes para el desarrollo cultural y artístico , con importantes construcciones como la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción o La Casa Consistorial, entre otras. 

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Además la Iglesia encargó al Greco "La Oración del Huerto ", una de las obras maestras de la pintura conquense de finales del Siglo XVI y que actualmente se encuentra expuesto en el Museo Diocesano de Cuenca. 

Se trata sin duda de la mayor joya del patrimonio culturas de Las Pedroñeras.

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La llegada de los Borbones en el Siglo XVIII trajo consigo un importante crecimiento demográfico. El municipio llegó a contar con casi 3000 habitantes y creció también el casco urbano. 
El pueblo contaba con dos casa consistoriales, una cárcel, carnicería, escuela para niños, posadas y un hospital que posteriormente desapareció.

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La economía se diversificó y a parte de la tradicional agricultura y ganadería se introdujo con fuerza el sector industrial: fábricas de aguardiente, lanas y ligas, que ocupaba a la mayoría de las mujeres de la villa y que aportaba un verdadero auge económico.

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Fruto de este bienestar económico, la arquitectura civil prosperó con casas solariegas como la Casa Boch o la Casa de los Mendizábal, entre otras. 

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Personajes ilustres se relacionan en Las Pedroñeras, como la Reina Isabel II, entre otros.